¡Bermejo! Ese es su nombre. Escucha cómo maúlla de alegría al oírnos.

Llamémosle hasta que lo encontremos.

¡Bermejo! ¡BERMEJO!

¡Aquí está! ¡Rápido! Saquémoslo de ahí.

¡Oh, no! Alguien ha cerrado con candado la verja y Bermejo ha caído a una grieta al otro lado. Necesitamos abrirlo.

Mira, alguien ha dibujado unas pistas en la pared. Presta atención a ver si encuentras la clave.

Si no consigues dar con la clave te recomiendo que digas el nombre de los dibujos en voz alta.

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