«Heaven & Hell» de El gran escape (Madrid)

Seguimos ampliando nuestro catálogo de salas en Madrid. En esta ocasión, fuimos de improviso a visitar El gran escape sin reserva, a lo loco, para jugar su sala Heaven & Hell. Tuvimos la suerte de que había sitio (la ventaja de quedarse en Madrid en agosto) y de que fueran tan majos de prepararnos la sala en un santiamén. Tienen dos locales, pero, como nosotros visitamos el primero de ellos, es ese sobre el que realizaremos la reseña.

HISTORIA

La historia que nos plantea El gran escape en Heaven & Hell comienza tras nuestra propia muerte. Sí, hemos muerto y Dios, que no sabe qué hacer con nosotros, nos envía a ver a un ser para que decida si debemos ir al cielo o al infierno. Pero como este ser también es un poco desastre y no sabe qué ha sido de nuestras fichas, nos da la posibilidad de resucitar, siempre y cuando demostremos que lo merecemos. Para ello, tendremos que viajar por los distintos planos, buscando una segunda oportunidad. ¿Lo conseguiremos?

INMERSIÓN

Como se puede imaginar, el papel del game master es importantísimo y muy divertido. Él será nuestro guía en el Más allá y, por ello, su voz nos llegará directamente en el momento de las pistas. Os advertimos que este «ser del más allá» os va a hacer pensar desde antes incluso de entrar a la sala.

La ambientación es muy completa, totalmente hecha a mano y muy original. Cada ambiente está lleno de detalles propios y personalizados. Aunque algunas cosas son notablemente de juguete, no desentona, pues el buen humor acompaña a cada detalle de la sala. De todas formas, quizá le vendría bien algo de mantenimiento para que estuviera como el primer día.

JUEGO

Si bien se pueden hacer varios puzles a la vez, es relativamente lineal y una cosa nos llevará a la otra, no pudiendo avanzar de cierto punto hasta haber completado todo lo anterior. Es una sala que recomendaríamos para grupos pequeños, ya que de otra forma nos estorbaríamos demasiado. Es ideal para ir en pareja, como hicimos nosotros.

La fluidez es bastante buena y no se nos complicará de forma innecesaria, a pesar de que algunos puzles nos hagan estrujarnos los sesos, pero, en general, podemos avanzar tranquilamente sin quedarnos en ningún momento sin saber qué hacer a continuación. Eso sí, advertimos desde aquí que es necesario un cálculo matemático, pero no es nada realmente complicado y no hace falta haber estudiado ciencias para resolverlo.

La foto final es en la propia sala, aunque por razones de no estropear la sorpresa no puede ser en la parte más chula (que, personalmente, y aunque nos gusta más lo macabro, creo que es el cielo). Esto nos permitirá ver la pantalla con nuestro tiempo restante y, lo que más nos gusta, disfrazarnos acorde a la temática de la sala.