
Bermejo entra corriendo en la armería, asustando al armero, quien, tras apuntarte con un rifle de caza, se echa a reir a carcajadas.
-No es buena idea asustar a un armero, canalla.
Bermejo se sube al mostrador de un salto y el armero, dejando el arma a un lado, comienza a acariciarle bajo el mentón.
-Pero mira esto, si vienes acompañado de una bolita de pelo.
-Soy… un…
Bermejo se divide entre disfrutar de la caricia o defenderse.
-Soy un detective.
-Claro que sí, pelusilla. Un gran detective. ¿Quién atrapa a todas las ratas de esta ciudad? ¿Quién…
Carraspeas para llamar la atención del armero y sacas la bala para preguntar por ella. La situación es apremiante.
-Estoy seguro de que tengo esa bala, aunque le han borrado el código de identificación. Ten, echa un ojo a estas y encuentra la que buscas para que podamos ver su referencia.
Te deja un cajón expositor delante y continúa acariciando a Bermejo pese a sus flojos intentos de resistencia.
¿Cuál es la bala correcta? ¿La recuerdas?
-Recuerda las tres cosas en las que debías fijarte: la punta, el cuello y la base.

