«La traca final: el desenlace» de Villa Indómita (Alicante)

Hacía mucho tiempo que no jugábamos y decidimos volver por todo lo alto con la nueva sala de Villa Indómita: La Traca Final. Algunos gatos iban bastante nerviosos, ya que sabíamos que se trataba de una sala con tensión alta. ¿Sobrevivieron en su paso por la cárcel?

HISTORIA

Tras la exitosa Operación Traca Final, la policía española logró desmantelar la peligrosa banda criminal Los Tocaos y reveló una impactante verdad: su líder era nada menos que el comisario Villena, un alto cargo del propio cuerpo policial. La noticia causó un gran revuelo en los medios y la sociedad, y Villena fue recluido en una prisión secreta de máxima seguridad, tanto por su peligrosidad como para velar por su propia protección.

Sin embargo, el subcomisario Altea sospecha que hay detalles que no encajan. Por ello, os encarga una misión extraoficial: infiltraros en la prisión, descubrir la verdad y atar los cabos sueltos… sin levantar sospechas. Porque, en teoría, nada debería salir mal… ¿Verdad?

INMERSIÓN

La verdad es que no teníamos muy claro a qué nos íbamos a enfrentar cuando pusimos un pie en la sala, pero lo que nos encontramos nos dejó flipando.

Antes de nada, tenemos que destacar el que, para nosotros, es el elemento más importante de esta experiencia: el game master. Nuestra sesión la llevó un chico llamado Ponce, y tenemos que decir que fue espectacular. Su experiencia se notó desde el primer minuto, pero lo que más nos sorprendió fue su interpretación dentro de la sala: estaba totalmente metido en el papel y eso hizo que viviéramos una experiencia de película, literalmente.

En cuanto a la ambientación, puede que no sea lo más destacable. Hay zonas donde los decorados y, sobre todo, los acabados son más sencillos e incluso algo justos en comparación con otras salas más visuales. Pero eso no fue un problema en absoluto a la hora de jugar: estábamos tan metidos en la historia que esos detalles pasaban desapercibidos. Además, la sala juega muy bien con efectos y recursos sonoros que refuerzan la tensión y te mantienen dentro de la narrativa.

Otro punto positivo es que la sala es bastante amplia, por lo que se puede jugar cómodamente con grupos numerosos. Quizá, si hubiera que mencionar algún punto que podría mejorar, este sería la inclusión de aire acondicionado (pues en algunos momentos subía la temperatura demasiado y no era solo por los eventos que estaban ocurriendo) y un poco menos de tematización de cárcel abandonada (que salimos bastante sucios de la sala, vamos).

Finalmente, las pistas se ofrecieron de forma muy orgánica. Estaban tan bien integradas en la historia que a veces recibías una y ni te dabas cuenta. Y eso, creednos, no es nada fácil de lograr.

JUEGO

Vamos con uno de los puntos más importantes de esta sala: el roleo. La gran mayoría de la experiencia gira en torno a tus interacciones con el game master, y eso puede ser un arma de doble filo: para algunos es una maravilla y para otros puede echarles para atrás. No obstante, si buscas una experiencia inmersiva en la historia, esta es tu sala. Recomendación: meteos de lleno en el papel y jugad sin miedo a improvisar e interactuar.

La sensación de fluidez fue altísima. No paramos de movernos, resolver cosas, “asustarnos” y volver a movernos. ¡No hay un segundo de respiro!

En cuanto a los puzles, no son el punto más fuerte de la sala, pero encajan perfectamente con los espacios y con el desarrollo de la historia. No son los más originales que hemos visto, pero son rápidos, lógicos y nada tediosos, lo que ayuda a que todo fluya incluso más. Por eso, diríamos que la dificultad no es especialmente alta, pero sí muy bien medida para mantener el ritmo.

¿Es demasiado tensa?

Sí y no. Nuestros gaticos jugaron sin problema, pero es cierto que la sala tiene algunas escenas intimidantes. El papel del game master puede ser muy amenazador, y eso puede sobrepasar a ciertos jugadores. Sin embargo, si lleváis a alguien valiente en el grupo, ¡mandadlo al frente y todos contentos!

En cualquier caso, os animamos a jugarla. Si nuestros gatos pudieron, vosotros también podéis.

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