La verdad es que, como personas curiosas que somos, teníamos muchas ganas de jugar a algo distinto de lo que estábamos acostumbrados y, cuando Del ratón al gato anunció el evento de El conde de Lumiares y el secreto de Cántara, una escape room por las calles de Alicante, nos lanzamos de cabeza. Esto fue hace varios meses ya, pero siempre nos quedamos con las ganas de reseñarla.
No conocimos esta empresa por el evento, sino por Los chicos de la tuna, así que os dejamos también el enlace a esta reseña por si os da curiosidad.
HISTORIA
La historia está basada en la leyenda de Alí y Cántara, muy famosa en la ciudad de Alicante, pero en una versión algo malinterpretada de la trama original. Se supone que somos los descendientes de Almanzor y tenemos la misión de viajar al pasado para recuperar todos los regalos que nuestro antepasado trajo con el fin conquistar a su amada Cántara, regalos que escondió por todo Alicante al verse rechazado. Según afirman en el juego, hemos de asegurarnos de que jamás lleguen a Cántara para que la historia siga su curso. Eso en teoría, porque en la leyenda Cántara se suicida precisamente al recibirlos, ya que es por ello que se ve obligada a casarse con él cuando a quien amaba era al otro. Sería no recibiéndolos como preservaríamos la historia, pero bueno. Allá cada uno con sus interpretaciones de lo ocurrido.
INMERSIÓN
Antes de nada, os avisamos de que esta reseña no va a ser una al uso, ya que factores como la ambientación o el game master son difícilmente evaluables aquí. Estamos jugando en la calle, a fin y al cabo, así que… ¡avisados estáis!
Lo primero que necesitaréis para poder jugar será descargar una aplicación para al móvil que os dirán días antes de empezar. A través de ella, podremos ver los rankings y el tiempo que llevamos. También nos servirá para recibir las indicaciones, hacer el recorrido, algunos puzles y enterarnos de la trama. Esto será posible gracias a las explicaciones del Conde de Lumiares, un señor literato que viene a intentar darnos lecciones de historia…
El juego empezaba con un e-mail en el que se da una pista para saber dónde acudir. Aquí entró en juego un factor muy importante por el que llegamos a preguntar y que llegaron a negar: debes conocer muy pero que muy bien Alicante para poder jugar en condiciones. Si no es así, lo vas a tener muy chungo. Era nuestro caso, por cierto, que aun reclutando a una alicantina, íbamos tan perdidos que hasta activamos el juego antes de tiempo, cosa que no nos hizo especial ilusión.
JUEGO
La dinámica del juego consistía en recibir una pista (parecida a la del correo inicial) en la aplicación móvil para saber dónde ir, descubrir el lugar, ir andando (los medios de transporte no eran válidos) y enfrentarse a un puzle concreto. La mayoría de veces era en la propia aplicación, pero siempre valiéndote de algún elemento propio del sitio en el que te encontraras. Una vez resuelto, vuelta a empezar. Los sitios no solían estar a más de 500 metros de distancia, pero eran muchísimos. Este hecho hacía que el juego fuera puramente lineal, pero no pasaba nada si te sentías perdido: whatsapp al game master y pista al canto.
Los puzles nos fueron curiosos, y nos encantó cómo, a través del móvil, pudieron encontrar métodos para jugar a algo parecido a Pekín Express. Debemos reconocer que, con tantos jugadores alrededor, fue una experiencia muy interesante.
A la hora de hablar de la fluidez, insistimos en que es muy importante que al menos una persona del grupo se conozca Alicante al dedillo. Si es así, el juego irá razonablemente fluido. Si no, imaginamos que será prácticamente imposible de superar.
El objetivo secundario del juego era conocer zonas nuevas en Alicante, y la verdad es que sí descubrimos sitios muy bonitos. El problema fue el planteamiento. Si de verdad quieres que la gente disfrute de las vistas, no se les puedes poner un tiempo límite, porque no se disfruta. Tendréis que preguntar a gente aleatoria para poder centraros si no sois alicantinos. No obstante, algo que sí nos encantó fue el final, o más bien los finales, ya que cuando llegamos a la conclusión, tuvimos que elegir entre varias opciones.
CONCLUSIÓN
En conclusión, El conde de Lumiares y el secreto de Cántara de Del ratón al gato nos pareció una aventura escapista diferente. El juego tenía muchas pruebas y, además, nos permitió conocer nuevos lugares de Alicante. Cierto es que terminamos reventados de tanto trote de aquí para allá, pero fue una experiencia agradable. Desde aquí os animamos a que, si en vuestras ciudades hay algún juego parecido, le deis una oportunidad.


