Si bien no era la primera sala que hacíamos, la ruta madrileña improvisada estaba recién empezada, así que tocaba continuarla. ¿Y con qué si no? Pues muy fácil: cinco gatetes y una sala de oscuridad. Era obvio que teníamos que entrar en La evasión de la madriguera de The Darkest Room.
Es muy curiosa la premisa de esta sala (os la contamos a continuación, no os apuréis), porque es una misma historia que se puede ver desde dos puntos de vista. ¿Queréis pertenecer al orden con esta sala o uniros a los rebeldes con La revolución de los murciélagos? Consejo: las dos y así no hay discusión.
HISTORIA
La oscuridad absoluta continúa. La luz es un bien que solo unos pocos han podido conservar. Algunas personas, incluso, han evolucionado y han desarrollado visión nocturna. Pero nosotros no somos ellos. Nosotros solo queremos que se mantenga el orden y vivir en nuestro túnel artificial lejos del terror del exterior. Pero no todo el mundo está contento, al parecer. Ahora nosotros, como soldados entrenados, tendremos que evacuar nuestro hogar. No se sabe qué puede pasar a partir de ahora.
INMERSIÓN
En este apartado es un poco difícil hablar de la ambientación o por lo menos del decorado. Al igual que La revolución de los murciélagos, es una sala que se juega totalmente a oscuras en todo momento. No obstante, esto no le resta calidad a este apartado en absoluto. La gente de The Darkest Room ha sabido darle uso al espacio como nadie. Nos fascina sobremanera hasta qué punto lo han aprovechado.
Los cambios entre sala y sala, a pesar de que el jugador se huele qué ocurre en la realidad, son una gozada si sois capaces de vivir la experiencia como hay que hacerlo. Procurad sentiros inmersos en todo momento y de verdad que disfrutaréis más que en muchas otras salas que habéis hecho.
Obviamente, esto no se consigue solo con imaginación y dejándoos llevar. El game master es una pieza fundamental en este juego. De hecho, sin él la experiencia decaería bastante. Por suerte, el trabajo y los personajes que se ha creado valen la pena en cada momento que estéis dentro con él. Interactuad cuanto queráis, porque os hará el juego mucho más fluido y más entretenido. Por las pistas no os preocupéis, porque serán automáticas y sutiles mientras le dais cuerda.
JUEGO
Aunque parezca imposible, que te priven del sentido principal no es nada que repercuta especialmente en la fluidez de esta sala. Los juegos son sencillos y están perfectamente pensados para que la vista no sea importante en absoluto, de modo que podréis avanzar sin demasiadas complicaciones, exceptuando quizá alguno suelto.
Objetivamente hablando, no hay muchos puzles, pero si nos ponemos a analizar la experiencia, en realidad sería contraproducente añadir alguno más. Aparte de que la dificultad aumentaría considerablemente y de manera innecesaria, la satisfacción sería menor. Además de eso, muchas pruebas consisten en participar con el game master, por lo que también dependerá de cómo estéis de dispuestos a jugar con él y dejar que él juegue con vosotros. Nosotros ya lo hemos dicho: os recomendamos que os dejéis llevar y disfrutéis, sin más.
CONCLUSIÓN
Bueno, para ir terminando, hay que decir que La evasión de la madriguera de The Darkest Room es una sala obligatoria. En otras salas os diríamos que, aunque el total son 5 personas, por número de puzles fueseis a jugarla 3 o 4 como mucho. Sin embargo, en este caso es distinto. El game master tiene la habilidad de hacer que, aunque un jugador no se dedique a resolver nada, no se aburra ni pierda la sensación de flow en ningún momento. Por eso os decimos que vayáis quienes queráis, que vais a disfrutar todos por igual.
Hay que hablar más de esta sala. Sin ser desconocida, poco se dice de ella, y lo vale muchísimo.
NOTA MEDIA
9,17
Otros jugadores opinan:
Calle Palencia, 31, 28020, Madrid
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hola@thedarkestroom.com
600 119 181
Transporte público:
Metro: Alvarado (L1)
Bus: líneas 3, 64, 66, 124 y 128.
Aparcamiento: Muy difícil, como siempre por el centro de Madrid.