«El misterio de Don Quijote» de The Rombo Code (Madrid)

Hace tiempo que no salíamos a jugar con los amigos, de modo que convencimos a un grupo de amantes de las escapes para probar una sala con carácter manchego, El misterio de don Quijote de The Rombo Code, una empresa de la que también hemos jugado El secreto del camino y Tras el espejo. 

HISTORIA

La historia se basa en la curiosidad de que en el libro del Quijote los capítulos pasan directamente del 42 al 44. ¿Qué fue del número 43? ¿Esconde algún misterio? Estamos ahí para descubrirlo, pues recientemente un informador nos ha contado que el capítulo perdido podría estar en la mismísima Casa Museo Cervantina de Alcalá de Henares. Pero hay un problema, ¡el informador ha desaparecido! Contamos con 60 minutos antes de que el misterio de este capítulo se pierda para siempre, quién sabe si en malas manos.

INMERSIÓN

Nos gustaría comentar que el Game master que teníamos asignado para esta sesión se hizo una herida en el dedo justo antes de comenzar (¡pobre!) y no pudo presentárnosla, así que nos hizo la introducción un compañero suyo que tenía que masterear también el Quijote (tienen dos salas, por si queréis jugar en modo duelo). Y, sinceramente, se notó que llevaba dos grupos a la vez, porque la calidad se vio afectada. Más tarde supimos que, aunque no pudo presentarnos la sala, sí que estuvo vigilándonos y llevando el juego. Además, pese a que estábamos en un horario concurrido y venía otro grupo tras nosotros, supo sacar algo de tiempo para hablar de la experiencia y sacarnos la foto de rigor. 

Comenzamos la misión y entramos en la sala. La ambientación es sencilla, con algún mueble antiguo e infografía en las paredes, lo que nos hace creer que realmente estamos en una casa museo. Los acabados son correctos y nada tiene un aspecto descuidado, excepto algún elemento que, por el uso, se va desgastando poco a poco. Aún así, se trata de una sala que ha optado por una decoración sencilla y sin sorpresas para el jugador (decorativas, eh, que luego ya veréis cuando juguéis). El espacio de juego, por cierto, es suficientemente amplio. Nosotros éramos cinco y no nos molestamos en ningún momento.

JUEGO

Los puzles son casi todos de tipo old school, con una combinación de diferentes tipos de candados y llaves, aunque hay algún elemento más tecnológico que le va a dar ambiente a la sala en el momento adecuado. La dificultad no estriba en que sean difíciles de resolver, sino más bien en lo escondido que puedan estar algunos elementos. No obstante, hemos de decir que nos atascamos bastante con el puzle final. Sin embargo, tiene el mérito de que han sabido incluir en los puzles algo del mundo de Cervantes y el Quijote.

Las pistas se nos van a dar a través de una pantalla, un clásico en las salas madrileñas, pero que no desentona con la temática en este caso. Cuando las pedimos, nos resultaron útiles, de modo que en este apartado The Rombo Code cumple. Eso sí, nos gustó la forma en la que nos indicaban que quedaba poco tiempo para acabar el juego.

La fluidez del juego es alta al principio, ya que encontraremos rápidamente elementos que nos van a hacer avanzar, pero según estos empiezan a estar más escondidos, el juego puede empezar a estancarse. Y, sobre todo, notamos mucho estancamiento con la prueba final. ¡Pedid pista si veis que os atascáis demasiado!