«Bites Motel» de Bite the Fly (Madrid)

Mucho habíamos oído hablar de Bites Motel, de Bite the Fly. Todo el mundo con que el que hablábamos nos contaba maravillas de ella, por lo que los gaticos esperamos a estar todos juntos para poder disfrutar de ella. ¡Y menos mal! Porque ya os adelantamos que salimos tan encantados que esta sala ha entrado por todo lo alto en nuestro ranking de Madrid. ¿Listos para saber nuestra experiencia? Pues vamos a ello.

HISTORIA

Estáis cansados de un largo viaje, por lo que decidís hospedaros en un motel de carretera en el pueblo de Bite the Fly, regentado por un hombre un poco raro. Parece que va a ser una noche tranquila… ¿o no?

El planteamiento de la historia empieza muy simple y, de hecho, el inicio puede ser un poquitín confuso, pero luego se desarrolla de tal forma y tiene tal complejidad que ha pasado a ser una de nuestras favoritas.

INMERSIÓN

Antes de nada, APLAUDIMOS la pedazo ambientación que han creado para esta sala. Una vez se pisan las instalaciones de Bite the Fly, uno se queda con la boca abierta con lo que han hecho para Bites Motel. Todo está supercuidado y el increíble nivel de detalle hace que meterse de lleno en la historia sea algo orgánico y fácil. La verdad es que hacía tiempo que una ambientación no nos había impresionado tanto. Tiene espacios verdaderamente sensacionales.

Otro factor que, sin duda, hace que la experiencia sea increíble es su game master. En todo momento está metido de lleno en el papel, interactúa y vive al 100% la experiencia. Lo cierto es que nos pareció sobrehumano que pudiera pegarnos sustos (manteniendo el control para que los miembros del equipo más caguetas estuvieran tranquilos), estar pendiente de la partida y encima sacar tiempo para interactuar con nosotros sin romper el papel. ¡En cualquier otra sala eso son dos personas, como poco!

En cuanto a las pistas, se adaptan a la temática y encima se dan de diferente manera para adaptarse al momento de la historia en la que estés (a excepción de una, pero es tan divertida que a nosotros nos encantó). La verdad es que está claro que el game master se conoce a la perfección la sala y eso se nota a la hora de guiar a los jugadores para que la partida sea lo más fluida posible.

JUEGO

Uno de los puntos que más nos gustó de la sala fue cómo la historia va avanzando conforme se va jugando. Eso hace que la escape sea muy divertida, porque siempre hay algún giro o algo nuevo que descubrir y, como sabéis, para nosotros eso es un punto importante. La historia debe estar cuidada igual que el resto de elementos que componen una sala.

Si bien es cierto que la experiencia tiene elementos de terror, estos quedan algo suavizados o mitigados por las partes de humor que tiene, así que un jugador muy asustadizo podría jugarla sin problemas. Prueba de ello es que nuestros gaticos más miedosos, como dijimos antes, se adaptaron de maravilla y la gozaron a tope.

En cuanto a los puzles, ya os avisamos que hay mucho que hacer (¡parece una sala del norte!) y os encontraréis pruebas de todo tipo (tanto juegos mecánicos como más tradicionales). Nosotros fuimos cinco jugadores y apenas tuvimos momentos en los que alguno de nosotros no estuviera haciendo algo.

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